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viernes, 8 de enero de 2016

LAS CABEZAS VOLADORAS

Esta es la historia de una familia que aún viven en su pueblo natal, perteneciente al departamento de Apurímac-Perú, hablamos  de aproximadamente  50 años atrás, bueno comencemos.

Una noche él bebe  de una pareja empezó a llorar, pues era ya costumbre del nene orinar de madrugada. La señora cansada de levantarse todo los días para atenderlo, trato de despertar a su esposo que roncaba de un modo distinto a lo acostumbrado.  Ya que no despertó, la señora extrañado por el ronquido espantoso de su esposo, encendió una vela casera para ver lo que pasaba. Pues se llevó un susto al ver el cuerpo de su marido tendido en la cama sin su cabeza. 
Temiendo que su marido le era infiel y que ese fuese el castigo de Dios por la  infidelidad. Atendió  al nene  que aun lloraba y de repente escucho unos sonidos horribles que provenían del patio, apago la lucecilla que tenía encendida y se acercó a la puerta para  ver por una abertura. Los sonidos horribles los hacían   tres cabezas que levitaban sobre el suelo formando un círculo, no distinguió a ninguno por la poca luz que brindaba la luna; empezaron a hablar de hacer una apuesta de quien iba a morir exactamente tal como se lo propusieran.
Uno de ellos empezó a decir que moriría en la temporada de barbecho (preparado de la tierra para la siembra), ahogado en el río junto a su caballo; el otro dijo que lo haría en la temporada de sembrío en las astas del toro; el tercero que era su esposo, se propuso que moriría tocando violín en una fiesta. Pues así juraron morir y se despidieron; la señora que estaba aún en la puerta corrió a acostarse y fingió estar dormida, pues pudo notar de como una cosa oscura se lanzaba hacia el cuello de su marido. A la mañana siguiente aun asustada decidió no contarle nada de lo ocurrido esa noche. Pues llego la época de barbecho, la señora que estaba pendiente del juramento que había presenciado llego a escuchar la mala noticia de que un miembro de la comunidad había fallecido, se decía que  un hombre montado en su caballo se había caído del puente al río que por esa temporadas era más caudaloso y turbio y a pesar de los intentos de salvarlo había muerto ahogado.
Pues pensó que solo era una mera coincidencia hasta que en la temporada de sembrío llego la noticia de que otro comunero había fallecido en las astas del toro en plena jornada. Esta noticia le alarmó y esperó la temporada de las fiestas de fin de año. Ya por esas semanas su esposo recibió una oferta de trabajo de violinista así que tenía que viajar. Su esposo que aún no sabía nada le pidió que preparase víveres para el viaje, ella aun con el temor no dijo nada hasta que llegó el momento de despedirse, le pidió que no viajase y le contó lo que había escuchado esa noche, al enterarse de todo  decidió acceder a la petición de su esposa.
Esa es la historia que solo es conocido por algunas comunidades vecinas de la zona. Debo de resaltar que no es el único relato que se haya escuchado ya que este fenómeno de las cabezas voladoras son más conocidas en las zonas rurales.

El mito de las cabezas voladoras es quizá uno de los mitos más extraños de nuestro país, en los andes las cabezas voladoras se presentan de manera física y representan una connotación maligna o perjudicial a quienes se les presenta, suelen vagar de noche lanzando gritos.

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