Historias Reales, Mitos y Leyendas.

Mundo de los mitos, leyendas y historias paranormales.

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Entradas populares

jueves, 14 de enero de 2016

EL CONDENADO, ENTIDAD DE LA COSMOVISIÓN ANDINA.

Los condenados son entidades de la cosmovisión andina, tal vez más conocidas en mi país (Perú) y posiblemente también se los conozca como tales en las zonas andinas de Bolivia u otros países sudamericanos. Se dice que estos personajes son muertos que vuelven a nuestra dimensión para purgar pecados y buscar  misericordia por sus almas. Se les suelen atribuir el poder de convertirse en cualquier cosa, muy  cruel y aterrador con los que se cruza en su camino.

Era ya de noche cuando de repente sonaron las campanas de la iglesia de la comunidad, con un funesto sonido que la población conocía, pues daba la noticia de la pérdida de una persona. El presidente haciendo uso de los parlantes instalados en la plaza, confirmaba la muerte de un compañero comunero; a la mañana siguiente la comunidad entera asistía a darle el pésame a la familia y más tarde acompañaban el féretro al panteón para darle el último adiós.
Así es como comenzó todo, este es el relato de un comunero llamado Antonio que dos días después del entierro había asistido ayudar a su compadre que después de una ardua labor realizaban una pequeña reunión para hablar sobre la buena siembra que habían hecho.  Ya era de madrugada, aproximadamente la una de la mañana, cuando decidió retirarse; caminaba despacio para evitar caer, haciendo uso de una linterna que apenas alumbraba la ruta; al voltear una esquina, vio al final de la calle la figura de un hombre que venía en dirección contraria, pudo notar que cada paso que daba lo hacía con esfuerzo y con un sonido metálico; cuando lo tenía a tan solo a tres metros,  vio que de las manos les  colgaban unas cadenas gruesas y candentes al rojo vivo como recién salidos del fuego; también los llevaba en los pies, arrastraba una larga cadena de un rojo que parecía apunto de  fundirse, podía percibir un olor a quemado. Se le erizó los pelos cuando los perros de esa zona empezaron a aullar y otros a lo lejos respondían con más aullidos; ya teniéndolo a tan solo un metro, el hombre se detuvo.
El sujeto  tenía la ropa muy vieja, sucia y quemada; el cabello muy desarreglado; la barba muy crecida y desalineado; unos cuantos dientes amarillos que le salían de la boca. Sintió miedo al fijarse los pies que los llevaba descalzo, vio que los tenía en dirección contraria, es decir que lo tenía al revés; las cadenas tanto de las manos y los pies quemaban la piel aunque  parecía nunca terminar de arder.
Alumbro al rostro con la linterna y con la tenue luz pudo reconocerle. Armado de valor le llamo de su nombre; este mantenía la mirada en el suelo y sin ningún gesto de haber escuchado, Le hablo nuevamente preguntando si en verdad era él a quien había enterrado el mismo hace dos días atrás, parecía no escucharlo. Aun con el efecto rezagado de lo que había tomado, se sintió más valiente que empezó a preguntarle de que hacia allí en la calle cuando debería de estar enterrado. En ese momento sintió un golpe en el pecho que le lanzo hacia atrás, se paró de inmediato, asustado de pie a cabeza tanto que lo ebrio se le había esfumado y empezó correr por su vida por una calle perpendicular al que estaba el condenado, no volteo hacia atrás aunque podía escuchar el rose de las cadenas contra suelo; estaba seguro que era a él a quien había enterrado, no podía creérselo que su alma estuviera penando ya que la población le conocía como un hombre de bien.
Ese mismo día fue al panteón con unos cuantos comuneros a los que tuvo la confianza de contar su experiencia; pues grande fue la sorpresa al confirmar lo que temía;  el suelo en el que estaba enterrado el cajón se había abierto como cuando dos placas tectónicas se separan en dos dejando un fondo oscuro.

Según la creencia cultural andina fue que el alma de aquel hombre no  había sido aceptado en el reino de Dios por lo tanto fue arrogado y condenado a vagar por la tierra para purgar sus pecados.

viernes, 8 de enero de 2016

LAS CABEZAS VOLADORAS

Esta es la historia de una familia que aún viven en su pueblo natal, perteneciente al departamento de Apurímac-Perú, hablamos  de aproximadamente  50 años atrás, bueno comencemos.

Una noche él bebe  de una pareja empezó a llorar, pues era ya costumbre del nene orinar de madrugada. La señora cansada de levantarse todo los días para atenderlo, trato de despertar a su esposo que roncaba de un modo distinto a lo acostumbrado.  Ya que no despertó, la señora extrañado por el ronquido espantoso de su esposo, encendió una vela casera para ver lo que pasaba. Pues se llevó un susto al ver el cuerpo de su marido tendido en la cama sin su cabeza. 
Temiendo que su marido le era infiel y que ese fuese el castigo de Dios por la  infidelidad. Atendió  al nene  que aun lloraba y de repente escucho unos sonidos horribles que provenían del patio, apago la lucecilla que tenía encendida y se acercó a la puerta para  ver por una abertura. Los sonidos horribles los hacían   tres cabezas que levitaban sobre el suelo formando un círculo, no distinguió a ninguno por la poca luz que brindaba la luna; empezaron a hablar de hacer una apuesta de quien iba a morir exactamente tal como se lo propusieran.
Uno de ellos empezó a decir que moriría en la temporada de barbecho (preparado de la tierra para la siembra), ahogado en el río junto a su caballo; el otro dijo que lo haría en la temporada de sembrío en las astas del toro; el tercero que era su esposo, se propuso que moriría tocando violín en una fiesta. Pues así juraron morir y se despidieron; la señora que estaba aún en la puerta corrió a acostarse y fingió estar dormida, pues pudo notar de como una cosa oscura se lanzaba hacia el cuello de su marido. A la mañana siguiente aun asustada decidió no contarle nada de lo ocurrido esa noche. Pues llego la época de barbecho, la señora que estaba pendiente del juramento que había presenciado llego a escuchar la mala noticia de que un miembro de la comunidad había fallecido, se decía que  un hombre montado en su caballo se había caído del puente al río que por esa temporadas era más caudaloso y turbio y a pesar de los intentos de salvarlo había muerto ahogado.
Pues pensó que solo era una mera coincidencia hasta que en la temporada de sembrío llego la noticia de que otro comunero había fallecido en las astas del toro en plena jornada. Esta noticia le alarmó y esperó la temporada de las fiestas de fin de año. Ya por esas semanas su esposo recibió una oferta de trabajo de violinista así que tenía que viajar. Su esposo que aún no sabía nada le pidió que preparase víveres para el viaje, ella aun con el temor no dijo nada hasta que llegó el momento de despedirse, le pidió que no viajase y le contó lo que había escuchado esa noche, al enterarse de todo  decidió acceder a la petición de su esposa.
Esa es la historia que solo es conocido por algunas comunidades vecinas de la zona. Debo de resaltar que no es el único relato que se haya escuchado ya que este fenómeno de las cabezas voladoras son más conocidas en las zonas rurales.

El mito de las cabezas voladoras es quizá uno de los mitos más extraños de nuestro país, en los andes las cabezas voladoras se presentan de manera física y representan una connotación maligna o perjudicial a quienes se les presenta, suelen vagar de noche lanzando gritos.